Fracaso de una empresa: razones y cómo tener éxito

Entender por qué fracasan las empresas es esencial para ayudarte a alcanzar el éxito a largo plazo. Muchos factores, desde una planificación inadecuada, mala organización y ejecución, hasta la intervención de fuerzas imprevistas del mercado, pueden contribuir a que esto ocurra. Este artículo analiza las causas más comunes y explica cómo avanzar de forma productiva para prosperar.

¿Por qué fracasan las empresas? Causas más comunes

Falta de capital

Puede que los empresarios entiendan los costes iniciales de invertir en su nueva empresa, pero las pérdidas de capital imprevistas o gastos sorpresivos e inevitables ejercen una intensa presión sobre el negocio. Esto es especialmente cierto en el caso de los empresarios individuales.

#SabíasQue Quedarse sin capital utilizable sigue siendo una de las principales razones del fracaso de las pequeñas empresas.

Cuando se inicia un negocio, bajar los precios puede parecer la mejor manera de destacar entre los competidores. Pero ninguna empresa puede funcionar a perpetuidad con pérdidas, y los descuentos sólo pueden seducir durante cierta cantidad de tiempo.

Mala gestión de las finanzas

Esto se debe a que el flujo de caja, o la gestión del dinero que entra en tu empresa (entrada de efectivo) o sale de ella (salida de efectivo), juega un papel vital en el bienestar de tu empresa. Muchas veces, los problemas surgen cuando las empresas ya no pueden permitirse pagar los gastos habituales a tiempo o como de costumbre. Esto puede dar lugar a onerosos pagos de intereses o incluso a la pérdida del servicio. Los empresarios de éxito no siempre predicen el éxito y, por tanto, planifican en consecuencia. Garantizar la disponibilidad de dinero suficiente para mantener una empresa de cualquier tamaño sigue siendo crucial para mantener un servicio al cliente de alta calidad y una ventaja competitiva.

Incapacidad para hacer frente a los cambios

Como han demostrado acontecimientos mundiales –como la pandemia COVID-19–, los mercados y la demanda de bienes y servicios pueden cambiar prácticamente de la noche a la mañana. Una empresa que no logra adaptarse a los cambios puede volverse rápidamente irrelevante y fracasar. Normalmente, los negocios pueden enfrentarse a cambios en:

• tecnología
• preferencias del cliente
• tendencias industriales

Los empresarios de éxito planifican los grandes acontecimientos y fijan expectativas realistas para evitar el colapso financiero cuando surgen imprevistos. Por ejemplo, las empresas que adoptaron el ecommerce tuvieron más éxito cuando los consumidores empezaron a comprar en línea.

Mala gestión empresarial

Los dueños y gerentes que no hacen su trabajo de manera efectiva pueden crear un ambiente de trabajo tóxico. Esto conduce a una alta rotación de empleados y una disminución de la productividad. La mala gestión puede incluir:

• falta de habilidades de liderazgo
• no delegar responsabilidades
• no capacitar bien a los empleados
• toma ineficaz de decisiones

Por ejemplo, la capacitación inadecuada puede conducir a errores e ineficiencias. Esto, a su vez, da como resultado una menor satisfacción del cliente y mayores costos. Esto puede llevar a la pérdida de oportunidades, a riesgos excesivos y al fracaso empresarial.

No comprender a la clientela

Los compradores representan la base de tu pequeña empresa, debes entender y conocer a tus clientes. La incapacidad para mantener el ritmo de la demanda, la incoherencia en el servicio y la falta de variedad pueden contribuir a que los clientes busquen a otro proveedor. Los empresarios de éxito encuentran formas creativas e interesantes de relacionarse con sus clientes para dar y mantener una buena reputación. Organizar eventos, patrocinar sorteos con regalos exclusivos y utilizar diferentes plataformas de redes sociales ayuda a los aspirantes a empresarios a hacerse oír y a que sus marcas sean reconocidas.

Falta de una plan empresarial

Los objetivos muy elevados y las aspiraciones vagas sólo pueden sostener un negocio si se dispone de mucho dinero de sobra. Tener metas empresariales y crear un plan de comunicación puede ayudarte a formular y establecer objetivos realistas en un plazo de tiempo alcanzable y a determinar a quién deseas ofrecer el producto o servicio y cómo llevar a cabo esas tareas. Por lo que si tienes una empresa con varios empleados, la planificación empresarial puede ayudar a que todos entiendan qué está pasando y hacia dónde debe ir la empresa. Un plan de empresa bien elaborado, entre otras cosas, debe tener en cuenta el compromiso de los empleados y los clientes a fin de evitar el agotamiento y de mantenerse por delante de la competencia. Aprende a desarrollar un plan estratégico para tu negocio

Señales de que tu empresa está fracasando

Dado que una empresa que fracasa no puede operar, la caída o pérdida de ingresos representa una de las señales más claras de que el fracaso se cierne sobre el futuro de una empresa. La pérdida de ganancias y de ingresos globales de la empresa también pueden indicar que no está en capacidad de pagar a sus acreedores por préstamos bancarios o suministros de sus productos. Una empresa que no puede pagar a sus acreedores o proveedores inevitablemente quiebra. La disminución de los ingresos no sólo perjudica a su negocio, sino también a sus perspectivas de conseguir o mantener clientes. Las empresas que tienen que pagar sus propias facturas a tiempo desincentivan a sus clientes a pagar sus bienes y servicios de forma eficiente. Además, una empresa en esta situación puede llegar a ganar la reputación de que no puede pagar sus suministros o a sus inversores, lo que puede provocar una mayor pérdida de ingresos y de clientela. Las empresas fracasadas o propensas a ello suelen carecer de una estrategia o propósito empresarial claro que les ayude a afianzarse en tiempos difíciles. Unas directrices poco claras, unos objetivos vagos y una gestión deficiente conducen a un mayor agotamiento y a una elevada rotación del personal, lo que aumenta aún más la probabilidad de fracaso de la empresa.

¿Cómo cambiar las cosas cuando una empresa fracasa o está a punto de fracasar?

Mantén una mentalidad positiva

Esto es vital a la hora de navegar por el fracaso potencial o actual de un negocio. La voluntad de aprender, recibir comentarios constructivos y comprometerse a evitar los errores del pasado contribuyen en gran medida a superar el fracaso de una nueva empresa. Más que nada, la persistencia, el optimismo y rodearse de otras personas que apoyen y crean en tus proyectos pueden ayudarte a encaminarte en la dirección correcta y prepararte para el éxito la segunda vez.

Crea un plan empresarial

Crear un plan es el primer paso para salir del fracaso empresarial. Un plan empresarial debe identificar la misión de tu empresa, sus objetivos, su nicho o solución creativa a un problema empresarial y cómo piensa financiar tu negocio. También debe incluir formas de hacer crecer tu negocio mediante la creación de redes y el aumento del alcance de consumidores.

Analiza tus debilidades y fortalezas

Comprender tus debilidades y fortalezas como empresa también puede ayudarte a transformar tu experiencia empresarial en una edificadora. Identifica los puntos fuertes de los componentes internos y externos de tu empresa.

Mantén una finanzas saludables

Invertir en la salud de tus finanzas también puede ayudarte a evitar los mismos escollos que llevaron a la empresa al fracaso en primer lugar. Cosas que pueden ayudarte a prepararte para tiempos de incertidumbre económica son:

• garantizar un flujo de entrada de efectivo adecuado
• la búsqueda de inversores
• invertir en formas alternativas de financiación, como capitalistas de riesgo
• solicitar programas del gobierno para pequeñas empresas

Si necesitas financiación adicional, el crowdfunding (financiamiento colectivo) o el lanzamiento de una campaña única podrían ayudarte a recaudar los fondos necesarios y permitirte volver a sacar tu negocio al mercado. Cursos de finanzas

¿Qué es el fracaso empresarial?

El fracaso o quiebra empresarial se produce cuando una empresa ya no puede hacer frente a sus obligaciones financieras para mantenerse en operación. Cuando una empresa cesa su actividad, ya no puede pagar a sus acreedores. Dicho fracaso puede producirse en cualquier fase del proceso empresarial.

Ejemplos de empresas que fracasaron

Durante el apogeo de la pandemia de COVID-19, muchas empresas de todos los tamaños cerraron sus puertas o experimentaron pérdidas increíbles. En estos casos, una de las razones de fracaso de una empresa se debió a la falta de flujo de entrada de efectivo, haciendo que muchos negocios no pudieran sostenerse, desde Gold's Gym hasta la empresa propietaria de Pizza Hut. Por ejemplo, la historia de Toys R Us es el epítome de lo que ocurre cuando las empresas no encuentran nuevas formas de mantenerse en un mercado, combinado con años de mala gestión empresarial y la falta de organización para el manejo de fondos. Todos estos ejemplos ponen de relieve la importancia de mantenerte al tanto de las mejores prácticas de gestión empresarial a la hora de hacer crecer un negocio.

Tipos de fracaso empresarial

Fallos evitables

Los fracasos empresariales previsibles o evitables se producen cuando una empresa no reconoce o aborda un problema externo o interno que amenaza su viabilidad en el largo plazo. Este tipo de fracaso suele ser el resultado de una gestión inadecuada, una mala planificación financiera y unos objetivos mal alineados. Algunos ejemplos son centrarse en las ganancias a corto plazo en lugar del crecimiento a largo plazo y no comprender las necesidades de los clientes. Las empresas pueden evitar este tipo de fracaso, sobre todo permaneciendo atentas a su entorno y aplicando estrategias que reduzcan el riesgo al tiempo que aumentan su valor.

Fallos inevitables

Los fracasos empresariales inevitables son los que escapan al control del equipo directivo de una empresa (como los cambios en la demanda del mercado debidos a un gran cambio tecnológico), sobre los que no pueden influir. Estos sucesos suelen ser difíciles de prever y planificar adecuadamente para las empresas. Las empresas pueden protegerse mejor de dichos riesgos diversificando sus carteras en varios sectores con distintos niveles de tolerancia al riesgo, de modo que aunque falle una parte, se logre mantener la estabilidad en general.

Fracasos intelectuales

Este fracaso se produce al intentar invertir en una nueva tecnología, característica o producto que no consigue el resultado deseado, como el aumento de los ingresos. Además, los fracasos empresariales intelectuales proceden de decisiones erróneas tomadas debido a una comprensión incompleta o a la falta de conocimientos sobre cómo funciona algo específico. Tales errores suelen tener su origen en esfuerzos de investigación mediocres antes de tomar decisiones basadas en suposiciones erróneas o en técnicas incorrectas de análisis de datos. Esto lleva a los inversores en direcciones equivocadas por caminos determinados estrictamente por las emociones y no por los hechos y las cifras.

¿Qué porcentaje de empresas fracasan?

Según los datos de la SBA., aproximadamente 20% de las empresas fracasan dentro de su primer año y el 50% fracasará al final de su quinto año. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todas las pequeñas empresas son iguales. Hay diferentes tipos de negocios en diferentes industrias que pueden reaccionar diferentemente. Por ejemplo, una encuesta realizada por Bloomberg Businessweek encontró que 77% de los restaurantes fracasan dentro de sus primeros cinco años, una tasa mucho más alta que otras empresas. Además, según otro estudio publicado por Shikhar Ghosh de la Escuela de Negocios de Harvard, 75% de las empresas emergentes respaldadas por capital de riesgo fracasan debido a la falta de demanda del mercado en lugar de problemas de gestión o ejecución deficientes. Mientras tanto, un informe de la Kauffman Foundation reveló que aproximadamente la mitad (48%) de todos los empleadores sobreviven al menos cuatro años, 24% sobrevive al menos siete años; y poco más de una cuarta parte (31%) superan los diez años.

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